Hace un tiempo probé un dulce de leche de cabra que hacen en Azua, en un lugar llamado Caprache, y desde entonces me quedé con la curiosidad de conocer más.
Así que el otro día solté todo lo que tenía en agenda y me llevé de paseo a mi niño interno para ir a darle leche a las cabras bebés de Caprache.
Luego de 1 hora y 30 minutos manejando, llegué y conocí a estos admirables productores de ganado caprino: Daniel Costache de Rumania y a Nieves Segura, que juntos han creado este proyecto tan especial.
Para mi es especial porque casi no existe producción local de productos derivados de las cabras y segundo porque se ubica en una zona de mi país que amo (el sur), un lugar en el que pocas personas apuestan a su desarrollo. Daniel y Nieves iniciaron con 50 cabras y ya van por 200 aproximadamente. Aún mantienen un proceso artesanal de elaboración de los quesos y el dulce de leche desde ordeñar hasta el producto final.
Tienen en planes mudarse de rancho para poder recibir visitantes, ofrecer tours y hasta un pequeño restaurante. Es una experiencia muy bonita para ir con los niños o para una escapada cercana de la ciudad. De paso lleven algo de efectivo para que le compren productos y los apoyen, porque no tiene costo la visita.
Los quesos los productos lo pueden conseguir en Terra Verde, Carne y Co, Deliciel y en Helado Dude (solo el dulce de leche).
Los pueden buscar en instagram @Capracherd.
Si se animan a ir, ¡Me comparten su experiencia!